“Se va a poner bueno el ambiente”, es el comentario recurrente de estos días. La referencia es a la decisión de la señora Martha Elena García de Echevarría de registrarse como aspirante del PRD a obtener la candidatura a diputada federal por el distrito II. Los que saben entienden que tras de su anuencia a participar hay cuando menos un par de encuestas serias. Los no enterados intuyen que trae un buen hándicap a su favor. Será –coinciden todos- un proceso electoral con sal y pimienta.
La idea de que la contienda entre la joven Jocelyn Fernández y la señora Martha desamodorrará a los espectadores del mundo local tiene que ver con un ejercicio de poder un tanto desabrido, en el que sobresale la gran capacidad del gobernador Ney González para interactuar con los medios, pero que fuera de él tiende a aburrir.
Ojo, no digo que los políticos locales no den resultados, o no cumplan con su función, solo destaco su falta de tablas para ponerle chispa a su actuación.
Hay demasiada formalidad, posturas adivinables, declaraciones ortodoxas. El elemento sorpresa no aparece ni por error. Las conferencias de prensa suelen aburrir.
GRISES, GRISES, GRISES
Hay que reconocer que los medios locales batallan para encontrar la nota cuando Ney sale de vacaciones. Mal o bien, el famoso Hilario Ramírez (a) “Layín” ha sabido ganarse espacios en la prensa local y nacional por su estridente actuación. Pero el resto de los actores públicos la verdad dan flojera.
Antonio Echevarría, Guadalupe Acosta Naranjo, Filiberto Delgado, Carlos Hernández Ibarría o Marco Antonio Hernández Estrada, entre otros, han tenido la cualidad de entender qué es lo que demandan los consumidores de medios.
Saber mover a los medios es una de las deficiencias de la clase política local, la emergente y la veterana. Y no es un problema que se resuelva con entrenamiento, lamentablemente. Es cuestión de perfiles, y de personalidades.
La política y la administración pública no tienen porqué ser aburridas. Abrir los periódicos o escuchar noticias en radio o TV debería ser un ejercicio grato para los nayaritas, como ciertamente lo es el examen cotidiano del ambiente nacional.
Hay autoridades que llevan más de 1,200 días en sus cargos y no han producido una sola expresión memorable, ni han protagonizado algún hecho para perpetuarse en los recuerdos de la gente. Nada que ver con el “Ira que agusto”, por ejemplo, o con el más famoso video local subido a YouTube.
¿Después del 5 de julio volveremos a la modorra? ¿Serán solo Ney y Layín los animadores únicos del ambiente político? Ojalá y nó.
DE BUENA FUENTE: La corrupción en los municipios serranos de Nayarit es un tema que vuelve a salir a flote por las denuncias penales presentadas por la Auditoría Superior de la Federación en días pasados contra varios funcionarios acusados de robarse un millón de pesos con facturas apócrifas. Es una práctica reiterada en uno de los municipios más pobres del país. ¿Seguirá siendo la negociación política el criterio para “resolver” los saqueos de tanto alcalde bribón?
La idea de que la contienda entre la joven Jocelyn Fernández y la señora Martha desamodorrará a los espectadores del mundo local tiene que ver con un ejercicio de poder un tanto desabrido, en el que sobresale la gran capacidad del gobernador Ney González para interactuar con los medios, pero que fuera de él tiende a aburrir.
Ojo, no digo que los políticos locales no den resultados, o no cumplan con su función, solo destaco su falta de tablas para ponerle chispa a su actuación.
Hay demasiada formalidad, posturas adivinables, declaraciones ortodoxas. El elemento sorpresa no aparece ni por error. Las conferencias de prensa suelen aburrir.
GRISES, GRISES, GRISES
Hay que reconocer que los medios locales batallan para encontrar la nota cuando Ney sale de vacaciones. Mal o bien, el famoso Hilario Ramírez (a) “Layín” ha sabido ganarse espacios en la prensa local y nacional por su estridente actuación. Pero el resto de los actores públicos la verdad dan flojera.
Antonio Echevarría, Guadalupe Acosta Naranjo, Filiberto Delgado, Carlos Hernández Ibarría o Marco Antonio Hernández Estrada, entre otros, han tenido la cualidad de entender qué es lo que demandan los consumidores de medios.
Saber mover a los medios es una de las deficiencias de la clase política local, la emergente y la veterana. Y no es un problema que se resuelva con entrenamiento, lamentablemente. Es cuestión de perfiles, y de personalidades.
La política y la administración pública no tienen porqué ser aburridas. Abrir los periódicos o escuchar noticias en radio o TV debería ser un ejercicio grato para los nayaritas, como ciertamente lo es el examen cotidiano del ambiente nacional.
Hay autoridades que llevan más de 1,200 días en sus cargos y no han producido una sola expresión memorable, ni han protagonizado algún hecho para perpetuarse en los recuerdos de la gente. Nada que ver con el “Ira que agusto”, por ejemplo, o con el más famoso video local subido a YouTube.
¿Después del 5 de julio volveremos a la modorra? ¿Serán solo Ney y Layín los animadores únicos del ambiente político? Ojalá y nó.
DE BUENA FUENTE: La corrupción en los municipios serranos de Nayarit es un tema que vuelve a salir a flote por las denuncias penales presentadas por la Auditoría Superior de la Federación en días pasados contra varios funcionarios acusados de robarse un millón de pesos con facturas apócrifas. Es una práctica reiterada en uno de los municipios más pobres del país. ¿Seguirá siendo la negociación política el criterio para “resolver” los saqueos de tanto alcalde bribón?
