Juan Vargas aplicó la ley a su manera. Estableció un código paralelo a la legislación vigente. En descargo de él habría que decir que antes de ser alcalde era un modesto supervisor del servicio de limpia. Sin formación, llega su oportunidad de ejercer el poder en San Pedro de los Saguaros. Y lo demás es historia conocida. ¿La recuerdan? Hablamos de la película “La ley de Herodes” de Luis Estrada.
Acciones como la del famoso Vargas son decodificadas por los ciudadanos como una amable invitación a no cumplir la ley. Por ello, debo decir que me gustaron los conceptos que vertió el gobernador Ney González en Compostela este miércoles, al admitir que “ya sabemos en quienes no hay que confiar, hay gente desleal, en el gobierno mismo”, clones de Juan Vargas, pues.
No solamente es el policía o el agente de tránsito, el juez o el inspector de obra. Muchas altas autoridades también envían al pueblo la señal de que la ley se puede pisotear –o alterar para servir a situaciones particulares-, cincelando así una sociedad corrupta.
Sin embargo, es una de las facetas más difíciles de un sexenio, hacer que la cultura de la legalidad sea uno de los ejes centrales de la actividad gubernamental.
AUDITORES Y PERIODISTAS
Ney asume el cargo en 2005 cuando hay un entorno vigilante, auditor, a diferencia de cualquier otro sexenio previo. Comisión de Transparencia, Tribunal Administrativo, Comisión de Derechos Humanos y Órgano de Fiscalización Superior, por el lado institucional; una oposición política bien identificada con dos liderazgos fuertes; y –sobre todo- una sociedad que hace uso de las tecnologías de la información (el término Web 2.0 se acuña en 2004) para maximizar errores institucionales aquí y en medios nacionales. Y eso sin contar el “fuego amigo”…
Y en un escenario de funcionalidad política (la mayoría parlamentaria local identificada con el partido que detenta el Poder Ejecutivo) los aciertos y yerros de las Legislaturas 28 y 29 también se cargan a la contabilidad de Ney González como activos y pasivos.
Así pues, en esas condiciones –y es algo que deben entender los fidelizados del sexenio- son más grandes las vitrinas en las que puede uno mirar los errores administrativos o los abusos deliberados, y el mundo virtual es amplificador de esos datos, como no pasaba en los sexenios previos.
Que bueno que Ney abandera una crítica contra los malos servidores públicos. Tal como están las cosas, un desliz del empleado menor hasta el caso más grave de corrupción se van a publicitar ostentosamente, en medios formales e informales, con costos políticos y sociales para el gobernador.
En otros sexenios el daño era menor. Hoy todo cambió. Quizá sea injusto, pero así funciona la relación ciudadano-medios-autoridad.
¿SANCIONARÁN A LOS DESLEALES?
Las historias de los Juanes Vargas circulan hace tiempo, casi desde que inicio la administración de Ney. Los códigos vigentes de la política en Nayarit y en México establecen que a partir del 19 de septiembre del 2011, cuando inicie el nuevo sexenio, muchos casos más empezarán a circular, ya sea por la vía de las denuncias administrativas y penales, ya por la red, ya por los medios tradicionales.
Entre menos asuntos de este tipo lleguen sin la sanción debida al día en que tome posesión el nuevo gobernador, mejor será el juicio histórico hacia Ney.
Ojalá que esa “gente desleal” a la que se refirió el gobernador en Compostela, sea sancionada ejemplarmente.
DE BUENA FUENTE: ¿Irá a ser la Secretaría General del Congreso –acéfala desde hace 70 días- un premio de consolación para Alejandro Talavera o Raúl Rosales, funcionarios legislativos que aspiraron a dirigir el ITAI?
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