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Sombreros,
mezclilla, folders, planos y camisas vaqueras en Casa de Gobierno
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A las
seis de la mañana iniciaron las reuniones campesinas del gobernador
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Burritos,
agua de nanchi, ceviche, marlín y café, mucho café
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“Concilien,
no se confronten, que lo legal sea la última opción”
Por Enrique HERNÁNDEZ QUINTERO
La frescura otoñal ni mella hizo en los ejidatarios de La
Yesca y El Nayar. Hombres acostumbrados al frío extremo de la sierra veían con
extrañeza que los empleados de Casa de Gobierno vistieran chamarras y suéteres.
Los citaron a las 6 de la mañana. Llegaron puntales. Agradecieron el desayuno
reparador –menudo y tortas- y pasaron a una de las tres salas preparadas ayer
para que Roberto Sandoval iniciara
sus encuentros.
Dentro del inmueble el café apagaba bostezos y arrancaba
sonrisas. La devoción del gobernante nayarita se hacía manifiesta en diversos
rincones de la casona. Un par de estatuillas de Emiliano Zapata daban la
bienvenida a los campiranos. Y diversos óleos con figuras equinas.
La diputada Jasmine Bugarín y los alcaldes serranos
acompañaban a representantes de nueve ejidos en total, uno de La Yesca y ocho
de Del Nayar. Sonriente los recibió Sandoval –Levi´s 33 por 34, camisa blanca y sombrero- quien no escatimó
tiempo para atenderlos.
Mientras escuchaba problemas de salud, de abigeato, de tala
inmoderada, de tenencia de la tierra, el gobernador se dio tiempo para agarrar
energía: cuatro burritos y un agua de nanchi. Más tarde café. Y más café.
Y LES DIERON LAS DIEZ, Y LAS ONCE…
No pocos colaboradores se angustiaban por la prolongadísima
reunión con los ejidatarios de la sierra. Se suponía que a las ocho y media
terminaría con ellos. Les dieron las diez, y las once… De vez en vez eran
llamados funcionarios estatales y federales con competencia en los temas
expuestos. La problemática serrana es variadísima. No pocos son asuntos de
décadas. El gobernador les dio alta prioridad. Muchísimos minutos más de lo
contemplado.
“Ya llevamos más de dos horas de atraso en el programa”,
señalaban preocupados los encargados de la logística que se deshacían en
atenciones con los grupos en lista de espera. Pero un muy sonriente Roberto los apaciguaba al salir de las
salas para hacer uso de los sanitarios o para tener rapidísimos acuerdos
privados con algunos ediles en una oficina alterna.
Estaba de buenas el gobernador. Se daba tiempo para bromear.
Cerca de la una recibió a la gente de Amatlán de Cañas en una pequeña sala
adornada por un enorme cuadro de la Vírgen de Guadalupe.
“Les depositas 150 mil pesos al Ayuntamiento de Amatlán, hoy
mismo”, le ordenó al eficiente Luis
Apaseo, el subsecretario de egresos y uno de los hombres más cultos del
gabinete. Antes, Roberto exploró en
voz alta con su equipo las mejores opciones para reencarpetar los caminos de
ese municipio. Esa fue la tónica: soluciones viables a la de ya.
UN DÍA SIN CELULARES, NI SELFIES
A diferencia de otros grupos, los hombres del campo no son
dados a las selfies. De hecho muy
pocos usan celular. Gran diferencia de costumbres entre el campo y la ciudad. A
la una y media tocó turno a cinco ejidos de Huajicori, en donde las comunidades
se comunican vía radio. Al estilo campesino, llegaron con morales multicolores
con planos, con gastados folders, con documentación en bolsas de nylon. Casi
todos de mezclilla y camisa a cuadros.
“¿Cuantas patrullas tienes?” inquiere al alcalde norteño.
–Una y media responde- provocando risas. Roberto escucha. Luego propone. Y
acuerdan. Allá les preocupa la inseguridad en la sierra. Y el alcoholismo. A
partir de este dos de octubre habrá una nueva estrategia policial con sede en
San Andrés Milpillas. Le piden una “troca” seminueva. Una llamada a Raymundo su talentoso secretario
particular y asunto resuelto.
Cinco, seis minutos y a otro tema. Y funcionarios
desfilando. Respuestas ejecutivas. Cero grillas. Problemas y soluciones.
Juan Manuel Rocha
Piedra, líder de la CNC, exponía los problemas más importantes. La muy
experimentada Hilaria Domínguez
terciaba con frecuencia para ilustrar los conflictos agrarios y bosquejar
algunas alternativas para resolverlos. Sabe y mucho.
Al estilo del juego infantil de las sillas, los grupos que
esperaban su cita iban avanzando de una sala de espera a otra.
MENUDO, TORTAS, BURRITOS, CEVICHE, MARLIN
Con puntalidad inglesa –justo a las dos- varias auxiliares
del mandatario sirvieron un refrigerio. Ceviche de pescado, marlín en escabeche
(preparado en La Peñita de Jaltemba) y frutas con chile en polvo. El gobernador
probó bocado de inmediato, como invitando a los demás a secundarlo. Gentil hace
circular los platos. Algunos declinaron las viandas, pero optaron por el taco
de ojo.
La programación original ya traía un desfase de cuatro horas
cuando pasó –en dos partes- el grupo de Bahía de Banderas. José Gómez, el alcalde, haciendo punta; mezclilla y camisa a
cuadros.
Raúl Rodrigo Pérez,
Secretario de Turismo, presente en todos los encuentros. La jerarquía fue
dejada de lado ayer. Todos los miembros del gabinete hacían funciones diversas.
Enlazaban vía celular, servían cafés, acomodaban sillas e incluso el popular
“Rorro” hasta se dio tiempo para trapear con destreza.
Roberto pidió
agua para escuchar el conocido problema del ejido de Sayulita. Un lustro de
conflictos ya zanjados por decisión judicial. “El líder del municipio es el
presidente” afirma tomando el brazo de José
Gómez. Le sugiere a dedicarle un par de días para ascultar, uno por uno, a
los 320 ejidatarios empadronados en ese paraíso. En su libreta de apuntes toma
nota: “Sayulita: UNIDAD”.
Con la gente de Bahía el gobernador se comprometió a aportar
el 34 por ciento para obras tripartitas. Con todos los alcaldes haría el mismo
ofrecimiento siempre y cuando fueran inversiones en salud y educación.
ESPERABAN A POLO Y “LAYÍN” EN LA MADRUGADA
-¿Y van a venir Polo
y “Layín”?- indago. “Sí, invitamos a
todos sin distingo”, me aclara Raúl
Rodrigo. Reviso el rol de la audiencia y veo que por estricto orden
geográfico se esperaba a San Blas a las 12 de la noche y a Tepic a eso de las
dos de la mañana.
En la recepción de Casa de Gobierno, algunos magistrados charlaban
animadamente. Devotos de las reglas de cortesía política aceptaron asistir a la
audiencia para atender asuntos de los ejidatarios en materia de justicia local.
En semana de doble jornada, el futbol fue tema en no pocos
servidores públicos. Varios buscaron pactar apuestas para el América contra
Cruz Azul de mañana. Se valía. Había que distraerse un poco. Faltaban muchas
horas por delante.
Mientras que en redes sociales muchos nayaritas evocaban el
2 de octubre, acá en Casa de Gobierno esta fecha tuvo otro significado. Día de
escuchar a emisarios de 403 ejidos nayaritas en una maratónica jornada.
Por la calle Prolongación Roble salían los grupos,
satisfechos, contentos. Habían dialogado con su gobernador y llevaban muchas
respuestas anheladas por largo tiempo. Además, habían desayunado, comido y
cenado. Y –por si fuera poco- los más aviesos hasta deleitaron su pupila…
Y de regreso en sus viejas camionetas con logos de su
organización campesina. El arado los esperaba.
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