Por Enrique HERNÁNDEZ QUINTERO / Exclusivo
MERIDIANO
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La excentricidad de Layín, idéntica a la de
Abdalá Bucaram en 1996
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Los electores enfadados con la esfera pública
se tiran a matar
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La adhesión a Layín, una muestra de hartazgo
social con el status quo
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Una nayarita podría ser la primera dama de
California en 2018
El enfado social contra la gestión
pública deficiente suele tener desenlaces atìpicos con tintes incluso de
suicidio colectivo. Así se lo exponía hace días a mi querido doctor José Luis David Alfaro quien me
replicaba amistosamente sobre la aparente desmesura de utilizar el sustantivo
“hartazgo” para definir algunas expresiones grupales en el Nayarit de hoy.
QUE TODOS TOQUEMOS FONDO, TODOS
Le explicaba, a manera de provocación para un
café posterior, que nuestro mutuo amigo Jorge
Aníbal Montenegro –quien durante su posgrado realizó estadías en Sudamérica
a mediados de los 90- sintetizaba así el inexplicable ascenso de Abdalá Bucaram a la Presidencia de
Ecuador:
“Los focus
group de Ecuador previo a la elección presidencial del 96 decían que el que
tenía más alta intención de voto (Bucaram) era por mucho el de peor imagen y la
lógica del lumpenaje era: ‘a mí ya me llevó la mierda, con El Loco tengo la
certeza que también a la oligarquía se la llevará la mierda’”.
Concluye Aníbal:
“Tenían la certeza que nada iba a
mejorar, ellos había tocado fondo, pero deseaban democratizar la mierda”.
NAYARITAS
ENFADADOS
De este personaje dice Wikipedia: “Debido a su
comportamiento excéntrico en el ejercicio de su actividad pública, es conocido
popularmente por el sobrenombre de el
Loco” y además “su peculiar forma de gobernar incluía conciertos, bailes,
entre otros”.
El
punto de partida de la reflexión del economista Montenegro fue el punto de vista del popular conductor radiofónico Alejandro Gándara acerca de la furia
enfermiza con la que su vasta audiencia suele expresarse para condenar a
personajes del poder o vinculados al poder. Un hecho que es visible en los
posteos de los portales de noticias en redes sociales.
Los
comentarios de los radioescuchas o de los comentaristas en comunidades
virtuales dibujan un ambiente local muy parecido a una olla de vapor, en la que
cualquier incidente es aprovechado para apostrofar de manera más que
rijosa a los personajes de la esfera pública.
LAYÍN
O LA IDEA DEL SUICIDIO COLECTIVO
En
base a ambos datos (la animadversión social documentada y la radiografía de los
ecuatorianos del 96) es dable entender que una expresión del empacho colectivo
en el Nayarit actual es la irreflexiva adhesión de una respetable
multitud a la causa de Hilario Ramírez
Villanueva.
En
el país sudamericano el desenlace de Bucaram
es conocido. Duró menos de seis meses en el poder hasta que fue destituido por
el Congreso por la causal de “incapacidad mental para gobernar”.
No
me imagino el paralelismo automático que podrían hacer los periodistas
políticos ecuatorianos si les mostramos las imágenes más conocidas del popular Layín:
Detenido por la policía, festejando con el torso desnudo su triunfo electoral,
besando mujeres que apenas conoce, bailando ariba de una mesa de cantina y
levantándole la falda a su pareja de baile. Hay que recordar que antes de
buscar la Presidencia, Abdalá fue
alcalde.
El
reto para los demás contrincantes es desentrañar el escenario que está
haciendo posible que Layín pueda llegar a gobernarnos en
2017.
21
años después y en otra latitud se actualiza la frase de Marx: “La historia se repite; primero como tragedia, y después como
farsa”
DE BUENA
FUENTE: Una
conocida nayarita podría llegar a ser la primera dama del estado de California,
en EU. Y es que hace menos de dos meses se convirtió en la prometida de uno de
los políticos más populares de esa entidad –fue alcalde de Los Ángeles- y quien
se postulará como candidato a gobernador en 2018.
Twitter: @ehq
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